|| No ocultó su miedo "sereno y disimulado" por no ser hijo de Peñaranda de Bracamonte, villa cuya Semana Santa pregonó ayer "como persona y como cofrade". Pero el contertulio Félix Torres, manchego de nacimiento y salmantino de adopción, conectó con los lugareños que llenaron el teatro Calderón, como si él mismo hubiera nacido y crecido en sus calles.

"Que nuestras procesiones no se queden en un peregrinar sin sentido. Seamos capaces de ver a través de los ojales del capuz las miserias de los demás", alentó Félix en un discurso sincero y comprometido en el que no pasó por alto la crisis social y de valores que tiene la fe como antídoto. "Todos tenemos el cuerpo llagado por las laceraciones del paro, de la estrechez económica, de la incertidumbre po lo que aún tiene que venir", afirmó al tiempo que defendió la familia porque "cofradía es familia".

Un momento del pregón de Félix Torres en Peñaranda | Fotos: Pablo de la Peña

Félix ofreció su pregón como "la manifestación de un creyente, de un cofrade que la vive y siente casi todos los días de cada año" y así caminó del Domingo de Ramos al de Pascua, entre "el Cristo de los sencillos, de los limpios de corazón", como llamó al Cristo del Humilladero, o el Cristo de la Cama, ese "yacente que no yace pues duerme en silencio arropado por el manto de los peñarandinos. Que recoge callado los dolores y pesares que atraviesan los vidrios de la urna" en la que procesiona.

Félix Torres junto a Moises Pérez, presidentede las cofradías de Peñaranda

"Estoy aquí para pediros que desempolvéis capuchones, planchéis habitos, abrillantéis corazones y salgáis para ayudarme a proclamar a voz en grito que los días cofrades ya están aquí", exhortó no sin nostalgia de "aquellos años sesenta en que toda Peñaranda era Semana Santa" gracias a don Agustín, el sacerdote más recordado por los peñarandinos. También aludió a la Virgen de la Esperanza, que primero procesionó en la capital antes de ser adquirida por el municipio de la provincia. "La sigo sintiendo tan dominicana como el primer día", indicó este miembro de dicha hermandad.

Se despidió Félix, en medio de la resurreción de los "arcángeles migueles" y de esos niños que en el primer día de la semana portan palmas y el Viernes Santo llevan velas, entregado a la Semana Santa de Peñaranda: "La quiero guardar celoso en mis alforjas para desde ahora ir rellándolas".

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