"En los cristos que hacemos ahora no puede rezar una persona del siglo XXI"

28 de mayo de 2013

Ricardo Flecha explica en la Tertulia las diferencias
entre la escultura religiosa y la imaginería

|| Ricardo Flecha arrancó como sigue su intervención el pasado sábado en la Tertulia Cofrade Pasión: "Escultura e imaginería son cosas diferentes y eso en la Semana Santa no está claro". Por ende, "no es lo mismo encargarle una obra a un escultor que a un imaginero". Y con esa premisa, este artista zamorano se dispuso a explicar las "sutiles barreras que diferencian ambas". Antes, una confesión: "Cuando intenté ser imaginero, no fui bueno". Lo dijo quien ha tallado cristos para Zamora, Valladolid o León.

"El escultor pasa a tres dimensiones un pensamiento interno, mientras que el imaginero pasa un sentimiento, una creencia", explicó Flecha, quien anota en la segunda, cuyo nacimiento sitúa hacia 1850, una "repetición de moldes". "La del escultor es una obra más personal; es su forma de entender a Cristo. El imaginero representa unos estereotipos", avanzó al colocar Redención de Mariano Benlliure o la Soledad segoviana de Aniceto Marinas como ejemplos del primer grupo. "La escultura te hace pensar; la imaginería, rezar. Y en los cristos que hacemos ahora no puede rezar una persona del siglo XXI. Nuestro siglo necesita imágenes que te hagan pensar. No necesitamos cristos guapos lacerados", sentenció el también profesor de talla en madera en la Escuela de Artes y Oficios de Zamora.

"Traernos la imaginería del sur es destruir nuestras procesiones", apuntó Flecha
Y de ahí partió el segundo tema que vertebró la sesión: la incorporación de modelos andaluces a las semanas santas castellanas. Flecha opinó que la carencia de una escuela propia de imagineros en la actualidad es un mal que se podría suplir y que es necesario, pues "traernos la imaginería del sur es destruir nuestras procesiones. Para ver la copia, me voy al original".

Flecha ahondó en el concepto de procesión, indicó que "a Salamanca le falta un esteta" y lamentó la lejanía existente entre artistas como Fernando Mayoral u Óscar Alvariño y las cofradías. Como ejemplo estético, apuntó a la Hermandad del Amor y de la Paz. "No es tanto lo valioso, como lo adecuado", afirmó a este respecto. En esta línea, se apena porque el Yacente de Venancio Blanco no se incorporara a la Semana Santa charra, ya que entiende que era un modelo renovador como lo fue en otras épocas de la historia el propio cristo tendido antes de ser colocado en el sepulcro.

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