Revista "Pasión en Salamanca" Nº 6

Trabajo artesanal de románticos


Nº 6 Semana Santa 1999
Director: Ángel J. Ferreira Almohalla
Subdirector: Juan de la Cruz Martín
Redactor jefe: J. M. Ferreira Cunquero

Índice

  • Editorial: Caridad eficiente
  • El viaje hacia el interior, Ricardo Senabre (catedrático de Literatura Española en la  USAL)
  • La Semana de la Pasión, Luis del Olmo (periodista)
  • "Consumatum est", Alberto Estella (abogado)
  • Fantasía Cofrade, Jesús Velasco Fernández
  • El prendimiento de Jesús en el Huerto de los Olivos – Sus causas, Mariano Alonso Pérez (catedrático de Derecho Civil de la USAL)
  • Consideraciones sobre la Pasión de Jesús, Alfonso Ledesma Jimeno (catedrático de Psiquiatría)
  • Otras Pasiones, David Konstan (catedrático de Filología Clásica en la Universidad de Brown, Providence, EE.UU.)
  • Piedad popular, cara y cruz, Fructuoso Mangas Ramos (párroco de La Purísima)
  • Museo, y más, Santiago Juanes (periodista)
  • Lámina coleccionable, Carlos Martín 
  • Columna, José Manuel Regalado
  • Momentos de la S. S. salmantina, Sebastián Alonso Pérez (fotógrafo)
  • No al museo salmantino de Semana Santa, Pedro Casado (periodista)
  • S. S. de Salamanca, la teología catequética en la calle, Enrique Rivera (catedrático de Historia de la Filosofía de la Universidad Pontifica de Salamanca)
  • "Verónica", Jerónimo Prieto
  • Sueños de Nazareno: Cristo de las Batallas, Benito Matías García
  • La capucha, tiniebla del ser, Francisco Rodríguez Pascual (profesor de Antropología Cultural y Filosófica de la UPSA)
  • La cara oculta de la Pasión en Zamora, Pedro Ladoire (fotógrafo)
  • Los sonidos: uno de los fundamentos de la Semana Santa de Zamora, Luis Felipe Delgado de Castro (periodista)
  • Semana Santa en Peñaranda de Bracamonte, Ángel Gómez Tabernero (procurador de los tribunales)
  • La música en la Semana Santa, Mario Vercher Grau (director de la Banda de Música de Alba de Tormes, Salamanca)
  • Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?, Francisco Soto del Carmen (poeta)
  • Amigos para siempre
  • Los puntos sobre las íes: Algo más que monumentos / Renovar y participar
  • Tertulia Cofrade Pasión
  • Lázaro, que resucitó entre los muertos, Ignacio Carnero (novelista)
  • Todo es noche, J. M. Ferreira Cunquero (escritor)

    - Portada: Nuestro Padre Jesús con la Cruz a Cuestas, fotografía de Iván Monzón
    - Ilustraciones: Jerónimo Prieto, Fernando Mayoral, Hipólito Pérez Calvo y Jesús Velasco
    - Fotografías: Almeida, Ángel Benito, Goyo Martín Poveda, Iván Monzón y Luis Monzón

Editorial

Caridad eficiente

Si por algo debieran distinguirse nuestras cofradías penitenciales es por su entrega sin reservas a las tareas de caridad. Habría de ser su máximo timbre de gloria. Éste y no los grandilocuentes pasos, estandartes o los excesivos adornos florales. ¿A dónde llevan todas estas ostentaciones? A las banales satisfacciones que proporciona el mundo de las apariencias, que nada tiene que ver con el cristianismo.

Y el cristianismo es ante todo amor eficiente a los hermanos más desprotegidos, abandonados o marginados, es decir, los pobres. Ésas son las señas de identidad más profundas de los cristianos y, por ende, de las cofradías, que si algo han de ser, su propio nombre lo delata: fraternidades, hermandades, núcleos de amor expansivo que tiene su fuente en el Señor Jesús.

¿Responden a este reto inaplazable las cofradías aquí y ahora? Ellas mismas debieran en conciencia contestar a esta pregunta. Ya el hecho de planteársela sería un indicio de sincero deseo de conversión, y si ni tan siquiera ello ocurre, es que su realidad actual muy alejada está de las huellas imborrables dejadas por el Nazareno.

¿Y de qué caridad hablamos? El amor cristiano es múltiple y plural, y cualquier ámbito individual o social puede ser idóneo para patentizar la fraternidad con los más débiles: enfermedad, hambre, marginación, soledad, son -entre otros muchos- campos abiertos para surcarlos de alegría, solidaridad, comunicación y esperanza. Son los horizontes destinados a la encarnación de los ideales cristianos y sin los cuales, éstos se convierten en baldíos eriales de religiosidad alienante e individualista.

Nuestras cofradías tienen ahí su terreno específico, y siglos de historia lo demuestran. Una sugerencia para empezar a abrir boca: el 50% de los ingresos de las hermandades de penitencia -cuotas, lampararios, donaciones…- vaya destinado a los más pobres, a través de Caritas. Sería un ejemplo de caridad eficiente para cerrar cristianamente el siglo.