Nº 1  Semana Santa 1994

Director: Ángel J. Ferreira Almohalla

Subdirector: Juan de la Cruz Martín

Redactor jefe: J. M. Ferreira Cunquero

Secretario: F. Javier Blázquez

• Editorial: Para servir a Dios…
• Semana Santa, Gonzalo Torrente Ballester
• Transfiguración, Severiano Grande
• Entrevista a Mauro Rubio, obispo de Salamanca, F. Javier Blázquez
• Entrevista a Jesús Málaga, alcalde de Salamanca, J. M. Ferreira Cunquero
• Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según Salamanca, Antonio Lucas Verdú
• Calle de la Compañía, J. M. Ferreira Cunquero
• Cristo Flagelado, J. M. Ferreira Cunquero
• Entrevista a Domingo Núñez Hernández, Vicente Jiménez
• Introducción a los actos del cincuentenario de la Hermandad Dominicana
• La Semana Santa de hoy, vista por los medios informativos
• La Semana Santa de Salamanca hace 100, 75, 50 y 25 años, F. Javier Blázquez
• Abecedario Nazareno, Carlos Martín
• Anecdotario, Vicente Jiménez
• Semana Santa salmantina, M. C. L. Lozano
• Vocabulario cofrade, Juan de la Cruz Martín Nieto
• Luis Monzón y la fotografía procesional de Semana Santa, Francisco Miñambres
• Sobre la Hermandad de Cofradías de Semana Santa de Peñaranda de Bracamonte, Julio de la Torre Coll
• Ciudad Rodrigo y la Semana Santa, Rafael García Cuadrado
• Semana Santa en Ciudad Rodrigo, Santiago Vegas
• Semana Santa en Béjar
• “La Pasión” en La Alberca
• Semana Santa alistana (Zamora), Jesús Barro Martín
• Tertulia Cofrade “Pasión”. Programa de actos para 1994
• Siete Palabras, Francisco Soto del Carmen

Editorial

Para servir a Dios...

Aquí está. Como siempre. Un año más. Despertando nuestros sentidos, llenándonos de belleza, elevando nuestro espíritu a las más sublimes experiencias. Arte, tradición y cultura se entrelazan para producir un fenómeno poliédrico sin igual: la Semana Santa procesional española, signo y seña nacional, arquetipo de España en todo el mundo. Y, dentro de ella, con su especificidad, la de nuestra Salamanca, plural en sus manifestaciones y gran desconocida, todavía: Salamanca, Peñaranda de Bracamonte, Ciudad Rodrigo, Alba de Tormes, Béjar, La Alberca…

Sí, pero… Todo lo anteriormente dicho es verdad, pero no toda la verdad, ni siquiera la más importante. Convertida hasta en reclamo turístico, desde hace algún tiempo parece que hemos relegado al desván de la memoria la raíz, el fundamento, el corazón de este fenómeno antropológico inmerso en la España insólita: su dependencia absoluta y conexión inevitable con el hecho histórico y actual de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret, el Cristo. Olvidarse de esto, no tomarlo en cuenta, marginarlo hasta convertirlo en una alejada referencia de fondo, no es sino una lacerante, injusta y absurda corrupción de lo que carece de todo sentido sin su base sustancial: la experiencia de la fe en Cristo Jesús, manifestada externamente como expresión de lo que en su interior ha de vivir todo cristiano a lo largo de su andadura cotidiana.

Es llegado el momento más importante del año litúrgico para el discípulo del Señor: el de su sacrificio, su inmolación como cordero ofrecido al Padre para nuestra liberación definitiva, la única que puede sacar al hombre de la mentira y la oscuridad existencial en que necesariamente se desenvuelve la vida humana fuera del horizonte de luz que la Muerte y Resurrección del Señor Jesús nos ha ganado definitivamente.

Es verdad que también nace la primavera, la gran fiesta de los sentidos, la estación del optimismo natural. Pero, ¿qué sería de este vano estado de euforia, si no viniera apoyada en la consistente esperanza que Jesús de Nazaret nos ha devuelto radicalmente a la Humanidad entera?

Sí, por eso, nosotros, cristianos cofrades, levantamos en nuestros pasos, enriquecidos con sus mejores galas, pero sobre todo con el espíritu penitencial de la conversión, a nuestros Cristos, a nuestra Vírgenes, como expresión agradecida de quienes, miserables pecadores, se saben por fin salvados, acogidos en el regazo entrañable de la misericordia de Dios.

Y, cuando al llegar el momento cumbre del Domingo de Resurrección, las cofradías guarden en sus baúles hábitos, capirotes y galas, ¿qué? La apasionante tarea eclesial de todo un año al servicio del Evangelio, a la escucha de la Palabra, celebrando nuestra Fe, amando hasta el extremo a los más débiles. Sin esto, lo otro -la procesión, la estética, el sentimiento- carecería de sentido.

"Pasión en Salamanca" nace con esta única finalidad: exaltar y dar a conocer la Semana Santa de nuestra amada Salamanca, como fenómeno de fe, vivida y sentida existencial-mente desde la fibra de nuestro pueblo. Y como derivación, hermosa, espléndida, de ese gran gozo de la fe, el arte, la tradición, la antropológica cultura popular que la manifiesta.

Es el punto de vista de la Tertulia Cofrade Pasión, entidad editora de esta nueva revista, que colma el vacío y la laguna que hace treinta años cubrieran títulos ejemplares publicados en nuestra ciudad como lo fuera "Christus". Brevemente y en escuetas palabras, utilizando las que tradicionalmente se empleaban a la hora de la presentaciones: “Pasión en Salamanca”, para servir a Dios y a esta bendita tierra.