Isabel Pantaleón: "Poner una obra en manos no cualificadas implica un riesgo"

1 de diciembre de 2014

La restauradora desgranó en la Tertulia dos de sus últimos y ambiciosos trabajos: la Esperanza y el Nazareno de Peñaranda

|| Isabel Pantaleón es, desde hace algunos años, la restauradora a la que con más frecuencia confían sus tallas las cofradías de Salamanca... y ahora también las de Peñaranda. En esta localidad ha realizado dos de sus últimas y ambiciosas intervenciones -el Nazareno y la Esperanza- y ambas centraron parte de su charla el pasado sábado en la Tertulia Cofrade Pasión.

Comenzó con la Virgen de González Macías, cuyo rostro había sufrido, y de manera muy basta, los afectos de la confusión en décadas anteriores entre los conceptos restaurar y repolicromar. No obstante, ha podido recuperar parte del color original, de bastante mayor calidad que el repinte, aunque determinadas zonas habían sido lijadas con la consiguiente pérdida. Esto sucedía así porque no se ponían las obras en manos de especialistas, sino que se acudía a pintores o escultores, cuyo concepto creador del arte les terminaba moviendo a pensar que incluso podían mejorar la imagen.

"Poner una obra en manos no cualificadas implica un riesgo", señaló Pantaleón, quien recordó que "el material que se incorpore debe ser reversible y no dañar nunca la imagen". Ella, por ejemplo, empleó acuarela en la Esperanza para reponer la policromía que faltaba. De esa forma, cuando tengan que volver a intervenirla, se podrá quitar con mucha facilidad. Siempre sigue idéntico patrón: se deja lo original, se estuca donde hay necesidad y se pinta con acuarela. A pesar de los errores pasados, cree que hoy existe una mayor concienciación al respecto en líneas generales.

También aludió a su exhaustivo trabajo sobre el Nazareno, que estaba en un estado de conservación lamentable, lo que obligó a realizar un nuevo bastidor o rehacer partes desparecidas. Sobre la capital, hizo alusión a las mejoras en el pie de Jesús Rescatado, para el que prepara un protector casi imperceptible que haga compatible la devoción popular con su preservación.

Nazareno restaurado por
Pantaleón en Peñaranda
La segunda parte de la tertulia incluyó aspectos como la posibilidad de realizar copias de las tallas, algo que no suele ser aceptado, pero que, en opinión de Pantaleón, se debería considerar en casos excepcionales dado que "siempre que se toca una imagen se acelera su proceso de deterioro".

Coleó, asimismo, la controvertida restauración efectuada sobre el Cristo de las Batallas de la Catedral Nueva, ejecutada en un taller en Madrid sin el seguimiento pertinente y que, en un afán por tratar de recuperar los restos más antiguos de la talla con un criterio casi arqueológico, la ha desvirtuado por completo sin atender a su historia. "Hay que tener mucho miedo al restaurar, para no meterse nunca donde no se debe", apuntó Pantaleón.

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