|| La Sala de la Palabra del teatro Liceo acogió el viernes la presentación del cartel "Pasión en Salamanca 2013". La Tertulia Cofrade Pasión, que desde el año 2002 apuesta por los artistas plásticos para proclamar la llegada de la Semana Santa, ha contado esta vez con la colaboración del bejarano Manuel García Blázquez. Su nombre se une a la larga lista de creadores que han expresado su visión de esta celebración en fantásticos lienzos.

Blázquez ha elegido un motivo inusitado para la composición de su obra: el Resucitado a su paso por la Rúa. Una ventana, aderezada por un soberbio bouquet de flores en su alféizar, permite la contemplación de la talla de Alejandro Carnicero recortada entre la silueta de la torre de campanas de la Catedral Nueva y un radiante celaje azul del Domingo de Resurrección.

El encargado de traducir la originalidad e ingenio de esta propuesta en hermosas palabras fue José Francisco Merino, jefe de prensa de la Universidad de Salamanca, periodista experto en temas culturales y entusiasta del mundo de las Bellas Artes. Merino comenzó felicitando a la Tertulia por confiar la realización de su cartel al buen hacer de Blázquez.

Además, alabó la larga y fructífera trayectoria expositiva de un artista al que no le gusta hablar de los numerosos galardones cosechados en su vida porque su forma de entender esta pasa por el trabajo y la reflexión callada. Según Merino, la vocación de Manuel G. Blázquez se sostiene en el estudio de los grandes maestros, en la búsqueda de la belleza a través del color y el tratamiento de la luz, mientras su trabajo se vertebra con sinceridad y pasión. Y brillantez. "Sólo desde la brillantez se puede abordar el reto de la creación de una pintura religiosa", manifestó.

José Francisco Merino: "Sólo desde la brillantez se puede abordar el reto de la creación de una pintura religiosa"

El poema de José Angel Valente titulado "Muerte y Resurrección" sirve de prólogo a Merino para desgranar la magnífica propuesta del autor, donde el motivo elegido se aleja de la estética del sufrimiento de Jesús o el dolor de la Piedad y se inspira en el Cristo resucitado como triunfo ante la muerte.

Resaltó Merino cómo la composición elegida por G. Blázquez para el cartel anunciador es fiel a la temática de su obra basada en el estudio de interiores, paisajes y composiciones con ventanas. El presentador destacó tres elementos de este soberbio lienzo: las flores, la ventana que enmarca la escena y el paso de Jesús Resucitado en su transitar por la Rúa Mayor.

José Francisco Merino, en la imagen superior, presentó el cartel del bejarano Manuel G. Blázquez | Fotos: Pablo de la Peña

Las flores dispuestas en el alféizar de la ventana anuncian con su olor la llegada de una nueva estación. El bodegón de lilas blancas y moradas y el jarrón de cristal en un primer plano supone una exaltación de la primavera y una vuelta al impresionismo, con esa riqueza cromática y la transparencia del cristal. Luz y color como protagonistas esenciales de esta creación.

En segundo lugar la ventana, uno de los motivos más utilizados a lo largo de la Historia del Arte: Leonardo, Velázquez, Matisse o Hopper entre otros han recurrido a este juego de exterior-interior en sus obras. La ventana indiscreta de Hitchcock desde la que el espectador tiene un lugar de privilegio para la contemplación del desfile. Ventana cerrada que habla de miradas hacia dentro, que muestra la intimidad de la familia que comparte en su interior el júbilo por la Resurrección. Destaca aquí Merino la pericia técnica del creador en la perfección con la que se recoge el marco de madera de la ventana, o esa manilla dorada con diferentes capas de pintura y la luz que se filtra hacia el interior, luz intensa de un domingo de abril.

Ventana cerrada que muestra la intimidad de la familia que comparte en su interior el júbilo por la Resurrección

Por último, la figura de Cristo Resucitado, dispuesta en eje simétrico con la ventana. Cristo, como señaló Merino, de "delicada expresión" al que no le falta detalle: la cruz en el pecho, la corona con haces luminosos y el rojo intenso de los claveles aún más brillantes con el sol fruto de una exquisita pincelada. El homenaje a las cofradías también está presente en esta creación de Manuel G. Blázquez con la representación de ese estandarte de la Vera Cruz, propietaria de la imagen de Alejandro Carnicero.

No faltaron las referencias literarias, artísticas e incluso cinematográficas en la hermosa y cuidada presentación de José Francisco Merino que concluyó apuntando cómo la composición del artista bejarano es un auténtico flashback que nos transporta a un tiempo irreal, no vivido aún: el Domingo de Resurrección, para devolvernos a la Cuaresma real en la que aún estamos instalados y como en un travelling onírico el autor transporta al espectador  desde el triunfo de la primavera, la luz y la vida hasta esta habitación habitada por el "silencio, silencio, silencio…".

Merino y G. Blázquez, junto a Conrado Vicente y Ferreira Cunquero

Entre el público asistente destaca la presencia de varios artistas salmantinos de primera fila como Jerónimo Prieto, Fernando Segovia, Andrés Alén, Alfonso Cuñado (autor del anterior cartel) o Rafael Cid Tapia que no quisieron perderse esta presentación. El concejal de Cultura y Turismo, Julio López Revuelta, y el presidente de la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes, José Luis Barba, tampoco faltaron a la cita.

Las tímidas palabras del artista, propias de los grandes creadores, de sincero agradecimiento por la brillantez de la presentación de su cartel y la alegría por haber colaborado con la Tertulia cerraron el acto. Ya solo queda el disfrute y la contemplación del maravilloso cartel en las calles.

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